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La hipoxia y la asfixia describen una falta de oxígeno en el cuerpo. Ciertas condiciones durante el parto pueden causar que un bebé experimente hipoxia o asfixia antes, durante o después del parto. Cuando errores, atención médica inadecuada o una falta de atención médica adecuada han resultado en la afección, puede tener motivos para emprender una demanda por negligencia médica.
¿Cuál es la diferencia entre la hipoxia y la asfixia?
La asfixia resulta de una lesión u obstrucción de las vías respiratorias. La hipoxia ocurre cuando los tejidos del cuerpo tienen una entrega o captación de oxígeno inadecuada o no pueden utilizar el oxígeno en la sangre.
¿Qué puede causar la asfixia y la hipoxia?
Cuando un bebé nace prematuramente, a menudo los pulmones no se han desarrollado suficientemente para que el bebé respire fuera del útero de la madre. Esto causa asfixia, lo que luego resulta en hipoxia. Otra fuente de privación de oxígeno puede ocurrir durante el parto. Un cordón umbilical prolapsado (un cordón que se empuja a través del canal de parto antes del bebé), un cordón umbilical comprimido o un cordón envuelto alrededor del cuello del bebé pueden cortar el suministro de oxígeno al bebé.
Otras causas pueden incluir problemas con la placenta. La insuficiencia placentaria ocurre cuando no fluyen suficientes nutrientes y oxígeno de la madre al bebé. La diabetes puede causar esta afección junto con medicamentos y hábitos de vida. Si la placenta se separa de la pared placentaria demasiado temprano, antes del nacimiento, esto también puede privar al bebé de oxígeno. Las formas de prevenir complicaciones con la placenta incluyen controlar la presión arterial alta y también evitar ciertos medicamentos.
Si los niveles de oxígeno de la madre son demasiado bajos o su presión arterial es demasiado alta o baja, esto también puede causar privación de oxígeno para el bebé.
La asfixia es la causa más común de daño cerebral en los bebés.
Aproximadamente del 20 al 50 por ciento de los bebés mueren cuando experimentan asfixia e hipoxia durante el período neonatal (el período entre las 22 semanas de gestación y hasta siete días después del nacimiento). Alrededor del 25 por ciento de los bebés que sobreviven tienen discapacidades neurológicas. Ejemplos de tales discapacidades incluyen parálisis cerebral, trastornos cognitivos, trastornos de aprendizaje y problemas neuropsiquiátricos.
Cuando la práctica médica estándar podría haber o debería haber prevenido la asfixia o hipoxia, es posible que tenga una causa de acción para presentar una demanda por negligencia médica.
La monitorización de los niveles de ácido y del ritmo cardíaco fetal puede alertar al personal de que el bebé está en peligro. Cuando los latidos del corazón disminuyen y no pueden volver al rango normal, el personal debe actuar rápidamente para tomar medidas de emergencia. La realización de una cesárea a menudo puede prevenir la privación de oxígeno.
No monitorear, no reconocer los signos de angustia fetal o retrasar la acción para manejar la complicación puede llevar a graves daños cerebrales, el desarrollo de parálisis cerebral o la muerte de un recién nacido.
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